Caso de éxito-
En esta oportunidad queremos compartirles un ejemplo desarrollado por Flexocolor de cómo aplicar diseño estratégico en packaging y convertirlo en todo un éxito:
Para explicarlo vamos a usar el ejemplo de nuestros amigos de Molino Ramirez, un molino harinero que debía tomar una decisión sobre su propuesta comercial. ¿Segunda marca o rebranding?
Para ofrecer una respuesta científica, se utilizaron herramientas de investigación, análisis e ideación, siempre en equipo y metodologías ágiles. En el proyecto trabajaron todos los que hacen a Molino Ramirez, sus creativos, nosotros y los clientes finales del producto. El proceso constó de 4 etapas: 1-Entender 2-Definir 3-Explorar y 4-Crear.
El primer paso fue homogeneizar el nivel de conocimiento del producto (harina) con el equipo, notar cosas nuevas y recoger ideas. Conversamos tanto con usuarios como con el personal de la empresa y realizamos entrevistas con las cuales detectamos tendencias.
En el segundo tratamos de dar sentido a lo identificado en la fase anterior. Respondimos preguntas como ¿Qué es más importante para los clientes? ¿Cuánto tiempo de compra disponen? ¿Qué harinas compran y por qué? ¿Cuánto influye el precio en la decisión? El objetivo fué definir lo importante para el público objetivo del producto y la marca.
Ya en el tercer tramo creamos soluciones, conceptos, diseños y prototipos (verificando permanentemente que den satisfacción a los hallazgos de los puntos anteriores). En este punto entendimos cuáles eran los atributos más valorados y de qué manera podríamos asociarlos a la marca actual. Esto disparó el nacimiento de nuevos elementos de diseño y sirvió como base para un nuevo envase, manteniendo la continuidad de la marca y el estilo. Por ejemplo, añadimos la figura de el ‘’Chef Ramirez’’ (con aspecto de abuelo tradicional, pero cool), un QR que dirige a recetas nutritivas, un esquema que comunica los atributos positivos del envase, entre otros.
Por último, creamos el diseño según lo estudiado. Les dejamos el antes y después: